CIATEJ Zapopan y la producción de Etanol

CIATEJ Zapopan y la producción de Etanol

Platicamos con la Dra. Lorena Amaya, encargada de la línea 4 que se refiere a la producción de etanol, dentro del Clúster de Biodiésel Avanzado. Su participación inicia desde la etapa uno y finaliza en la etapa 7, misma que termina a finales de este 2020. Cabe recordar que la etapa uno inició en el 2016 y cada una de estas tiene una duración de seis meses. El objetivo de esta línea es precisamente desarrollar la tecnología necesaria para la producción de etanol de primera (1G) y segunda (2G) generación como un insumo para la producción de biodiésel.

 

“Se planeó producir etanol a una escala piloto de 200 L, lo cual está prácticamente finalizado. Ya tenemos los reportes técnicos donde se evaluaron diferentes residuos derivados del procesamiento de cereales, que son en sí, residuos de maíz; y un coproducto del procesamiento de la caña de azúcar, las melazas”, expresa la Dra. Amaya desde el CIATEJ Zapopan. Dentro del proyecto de biodiésel, se tiene también el objetivo de producir etanol de segunda generación (2G), producido a partir de residuos como el bagazo de agave. En este caso es llegar a una escala de 30 L; la producción de etanol 2G a diferencia del etanol 1G es la complejidad. “Para generar los azúcares fermentables que serán convertidos a etanol, hay una etapa previa de hidrólisis enzimática de los residuos. Debemos producir nuestras propias enzimas para hidrolizar el bagazo y producir el etanol 2G. En este caso, los rendimientos que tenemos hasta el momento en este proyecto, están en el orden del 4-5% de concentración de etanol en los mostos (40-50 g/L), en comparación con el 10-15% (100-150 g/L) que se obtiene en el etanol 1G”.

El panorama en México para la producción de etanol es alentador. En distintos estados del país, como Veracruz, se realizan muchos esfuerzos para la producción de este combustible, donde existen plantas para la producción de etanol 1G a partir de melaza de caña. El etanol que se produce en el país está más inclinado en favorecer a la industria farmacéutica y en aplicaciones en la industria de los alimentos, pero no, por el momento, a biocombustibles. “Se están haciendo diversos esfuerzos, sobre todo aquí en el estado de Jalisco, para que cambien las normas que rigen el uso de etanol como combustible porque actualmente no se permite su uso aquí en el estado como combustible según la Norma Oficial Mexicana NOM-016-CRE-2016. El etanol como insumo para la producción de biodiésel, no tiene ningún problema; entonces, en ese sentido no habría mayor inconveniente en producirlo para este fin. Digamos que estamos apoyando a que la industria de etanol se desarrolle aún mas en el país”.

Existen intereses internacionales que dificultan el crecimiento de esta industria. Lo que los investigadores tratan de hacer, es desarrollar tecnologías para no depender de las mismas que existen a nivel internacional y que el gobierno e inversionistas, por su parte, los apoyen en la construcción de plantas, antes de que otros países vendan etanol a México y existan menos posibilidades de desarrollar la industria nacional. En este año no se prevé un crecimiento masivo en la creación de tan mencionado producto, ya que es un proyecto de mediano a largo plazo para la nación.

A nivel investigación, existen varios centros involucrados en la producción de etanol, por ejemplo: Instituto Tecnológico de Veracruz (ITV), Instituto Politécnico Nacional (IPN), el CINVESTAV, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), por mencionar algunos. En cada centro se desarrollan distintas cosas. La UNAM, por ejemplo, se ha enfocado en la creación de microorganismos recombiantes para que sean utilizados en esta industria; el CINVESTAV se ha enfocado en la etapa de pretratamiento y análisis de sustentabilidad, como ejemplo de la variedad de investigaciones que existe para el desarrollo de etanol.

 

En el caso del CIATEJ, se tiene una planta piloto completamente equipada para la producción de etanol 1G y 2G y se han evaluado prácticamente las materias primas mas abundantes en el país, hablando de residuos lignocelulósicos. Es importante mencionar que CIATEJ es uno de los centros de investigación con mayor conocimiento en el tema de la producción de etanol 2G. Así que existe una ventaja considerable sobre otros centros de investigación.

Por otro lado, en el Mapa de ruta tecnológica del etanol, elaborado por un grupo de expertos a solicitud de la Secretaría de Energía (SENER). Se proyectó que para el 2030 deberían estar sentadas las bases para que se detone la industria del etanol combustible y que existan apoyos para las instituciones que investiguen acerca de temas relacionados como: logística, tecnologías de producción, reglamentación para la producción, manejo, distribución y disposición final de los biocombustibles. Esta información puede ser consultada en la página web de la SENER y así conocer los escenarios para el etanol a corto, mediano y largo plazo.

 

El tema del etanol no es algo nuevo o desconocido, y tampoco nació con los proyectos de la Secretaría de Energía (SENER), pero sí es una cuestión que no ha tenido la relevancia necesaria para trascender. Desde un tiempo atrás, ha existido el interés en este asunto, sobre todo por parte de la iniciativa privada; empresas que han tenido un acercamiento a los centros de investigación para tener el conocimiento de cómo deshacerse o darle valor a ciertos residuos. De esta manera es que llegan los proyectos y se complementan los financiamientos entre la iniciativa privada y los gobiernos estatales y federales.

 

El camino para esta industria aún es largo. Todos los días se trabaja arduamente para evolucionar y perfeccionar los procedimientos, así como el resultado final. Aún así, el pronóstico es alentador y dentro de diez años, el etanol tendrá la trascendencia que merece.